El pueblo que borr+o Mitch

lunes, 9 de noviembre de 2009

DOLOR NACIONAL, MI PAÍS

Acabo de sentarme frente a mi computadora en la redacción de El Diario de Hoy y aún no salgo del asombro del recorrido que hice esta mañana por los pueblos de las orillas del lago de Ilopango.
Las casas literalmente están bajo toneladas de arena y escombros. Se ven vehículos amontonados y soterrados.
Las personas que salieron huyendo de esa zona han regresado y con lágrimas en sus ojos intentan sacar algunas pertenencias. Algunas, incluso, acarician las fotos de sus seres queridos tras sacar los cuadros de entre la arena y el lodo. Algunos de esos parientes murieron en la embestida de la naturaleza.
Otros intentan sacar con sus manos el lodo de sus casas, de sus salas, de sus cocinas, de sus dormitorios, de todo.
Con palas inprovisadas sacan la arena que se ha acumulado en sus moradas, ahora casi destruidas.
Junto con tres compañeros más nos embarcamos hacia el cantón Joya Grande. Todo el lago de Ilopango está lleno de escombros. Flota el lodo y pedazos de palo y de otros objetos por sus aguas. Tras unos 15 minutos de viaje por lancha , llegamos al destino.
Las casas fueron arrancadas de tajo luego que el río Arenal se desbordara al crecer estrepitosamente en cuestión de horas. Lo que para los habitantes de Joya Grande había sido un riachuelo, se transformó en un turbulento río que creció un ancho de unos 15 metros y arrasó con todo lo que encontró a su paso.
Comenzamos a caminar por en medio de la destrucción. Hay casas que practicamente se levantaron desde sus cimientos y se desplomaron ante la embestida.
A otras viviendas les cayeron enormes árboles y fueron aplastadas sin piedad. Otras se rajaron al no soportar las fuertes correntadas.
En nuestro caminos encontramos animales muertos por doquier. Incluso se observava en el suelo lodoso cables de eléctricidad y transformadores destruidos.
La gente se nos acercaba pidiendo que les ayudáramos para divulgar su tragedia para que la ayuda pronto les llegara porque algunos no tienen que comer, ni que vestir, lo perdieron todo.
En ese pueblo murieron 15 personas y otras han muerto internamente porque lo perdieron todo.
Mis oraciones están con las víctimas del huracán Ida.