El pueblo que borr+o Mitch

martes, 20 de abril de 2010

¡No maten al encomendero!.. jueces contra periodistas


He tenido la suerte de conocer a muchos jueces y magistrados y sé que muchos de ellos son gente honesta, que aplica la ley como su conciencia se los dicta, basados en evidencias y pruebas, pero sobre todo en su lógica como ser humano.
Por diez años cubrí la fuente judicial para El Diario de Hoy, por lo que no creo que sean todos los jueces los que piensen que los medios de comunicación son su peor amenaza.
Incluso, un grupo de jueces llegó al colmo de pedir la destitución del magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Ulices del Dios Guzmán, por haber apoyado la labor de los medios y no inclinarse a su gremio en un sonado debate que abarca la aplicación ciega de la justicia y el no uso de la lógica.
El debate surge de la publicación de unas fotos que hiciera La Prensa Gráfica de un menor de 17 años (casi adulto de 18 años)en los momentos en que clavaba un puñal en el pecho a un estudiante del INFRAMEN matándolo en el acto. Un acto salvaje, aberrante y fuera de toda logica. El asesino, porque así se le llama a un ser humano que mata a otro, sea menor o no, corría alegre con la camisa de su víctima, !que idiota¡.
La jueza de menores que llevó el caso impuso una multa a La Prensa Gráfica por haber publicado la foto. Para ella debe prevalecer la protección "del niño" antes que el interés público. ¿Qué cosa más ilógica?.
Los jueces prefieren que un culpable de un delito esté libre si tienen duda de su participación. Esto lo aplican usando la lógica humana, la lógica que su cerebro les dicta por cosa común.
Entonces, ¿qué pasó en este caso?. ¿Porqué la juzgadora no usó su sentido común, su razón y su lógica; y fue más rigorista que el Papa?. No lo sé y nadie lo sabe.
Lo que si sé sabe es que una familia quedó destrozada por la muerte de su hijo, de su hermano, de su tio, de su ser amado.
Lejos de esa familia destrozada por un crimen sin sentido sigue el debate. Por un lado los jueces que en vez de reconocer su error se agrupan y se protegen; y por el otro los periodistas que defenderemos la libertad de expresión a capa y espada, porque el día que se nos acabe la libertad de expresión, hasta los jueces no podrán unirse en una voz y reclamar por sus mismos errores.