El pueblo que borr+o Mitch

miércoles, 27 de enero de 2010

Reporteros sin Fronteras y Haití

Que buena noticia conocí esta semana cuando recibí una información sobre lo que la francesa Reporteros sin Fronteras hizo en la devastada Haití.
Los periodistas haitianos se vieron en aprietos al no tener acceso para transmitir al mundo lo que les pasaba por el devastador terremoto que practicamente ha acabado con el empobrecido país.
Todos los periodistas se concentraron en el aeropuerto de Puerto Principe para tener acceso a la internet y a la electricidad para recopilar y enviar información.
Sin embargo, ese poco acceso que los comunicadores tuvieron se vio empañado cuando militares estadounidenses los desalojaron del aeropuerto.
Reporteros sin Fronteras el 21 de enero de 2010 crearon un centro de prensa para beneficiar a los periodistas haitianos.
Dicho centro puso a disposición de los periodistas haitianos material necesario para ejercer su profesión, sirvió como un lugar de encuentro de los periodistas internacionales, asimismo ofreció un marco de trabajo para las diferentes asociaciones de defensa de la profesión en Haití, ofreció una plataforma de información para las autoridades políticas y las ONG que quieran dirigirse al mayor número de medios de comunicación, aconsejó y asistió al gobierno y a los cooperantes en el caso de la recuperación de los medios de comunicación afectados por el sísmo.
Además dicho centro proporcionó red de Internet de banda ancha, red telefónica, un sistema de audio/vídeo conferencia, una conexión a la televisión satélite, un servicio de impresión así como un dispositivo de recepción y abastecimiento para los periodistas necesitados.
Cuando los periodistas se vuelven protagonistas de las tragedias, es difícil apartarse de ese ambiente y retomar los bolígrafos, las libretas, la cámaras de video, las grabadoras y demás implementos y ejercer la profesión a la que hemos sido llamados. Bien por Reporteros sin Fronteras.
Otro tema conectado a la labor de los periodistas y el terremoto en Haití que ha sido divulgado es que varios periodistas con profesiones anexas de médicos o paramédicos, también colaboraron a realizar labores de atención a víctimas de la hecatombe, dejando por unos momentos sus tareas como comunicadores.
Para algunos colegas esto no debe de ser porque se desligitima la labor propia de un periodista; para otros es casi obligatorio hacerlo para reducir el dolor de las víctimas que claman ayuda.
Algo similar me pasó en El Salvador para los terremotos del 2001. Fue asignado a los helicópteros de la Fuerza Armada para poder llegar a poblaciones incomunicadas por los sismos.
Cuando aterrizabamos en algún abatido pueblo y los socorristas corrían a evacuar a ancianos heridos o quebrados de sus caderas, junto con los colegas nos bajábamos a ayudar a subirlos con las camillas. Somos periodistas, pero ante todo somos humanos.